martes, 25 de julio de 2017

Separación y Tenencia

Hoy empezaré hablando sobre la convivencia del Padre (o madre) con sus hijos en caso de una separación.

Desde mi experiencia, uno de los aspectos más dolorosos de una separación es cuando uno de los dos padres automáticamente se convierte en un "ex conviviente" tanto de su ex pareja como de sus hijos. Pregunto yo: ¿Por qué un padre o madre que decide dejar de vivir con su pareja, debe también decidir (o ser obligado a) dejar de vivir con sus hijos?
Y mi primera respuesta a esto es: NO TIENE POR QUÉ NECESARIAMENTE SER ASÍ.

Según algunas leyes (no soy experto en este tema) los niños en primera instancia de una separación deben permanecer con la madre y según los términos del divorcio, pues se llega a un acuerdo para que el padre aporte de manera mensual con una manutención económica y además se fijen los "HORARIOS DE VISITA" para el padre, a menos que el padre pida la custodia de sus hijos, para lo cual debe demostrar que la madre no está facultada para ejercer esa labor.

En muchos de los casos esta es una medida sumamente injusta para con los padres no convivientes, pues no pueden vivir más que un par de fin de semanas al mes con sus hijos y el tiempo en estos días es tan corto que realmente no se logra un plena convivencia en la que el padre no conviviente pueda aportar de manera significativa a la educación de sus hijos y por ende los hijos no pueden aprender sobre las costumbres de su familia conexa. De esta manera uno de los dos padres ha pasado rápidamente de vivir con sus hijos día a día a ser un "señor/a con los que se juega durante los fines de semana" porque no hay tiempo para más.

Esto pareciera a parte de injusta, una medida muchas veces machista que le quita automáticamente a los padres (Hombres) la responsabilidad sobre la crianza en el hogar de sus hijos y a las madres las convierte en amas de casa. Esto, acorde al desarrollo actual de las sociedades, termina siendo una forma retrógrada de analizar y resolver el asunto de la "custodia" sobre los menores, dado las nuevas prácticas sociales de igualdad de género.

Además que a los niños automáticamente se les arrebata el "derecho de vivir con su padre y con su madre" (Ver: Art. 9 de la Convención sobre los Derechos de los Niños) - Convención UNICEF

Incluso si lo analizamos desde el punto de vista matemático, es injusto:
De los 30 días promedio que tiene un mes, el padre no conviviente pasa con ellos 4 (2 fds), lo cual da como resultado que este padre pasa con sus hijos apenas un 13 % de su vida en el mes. Si lo multiplicamos por 12 meses, pues son solo 48 días de convivencia al año, de 365 días. [En este caso hay que sumar los días de vacaciones de clases en los que usualmente los niños conviven unas cuantas semanas más con el padre no conviviente]

Otro de los problemas de pasar tan poco tiempo con los niños surge en el caso de que el padre no conviviente decida formar una nueva familia junto a otra persona. Los niños obviamente deben adaptarse a esta situación, pero la limitante de tiempo hace que esta adaptación muchas veces sea mucho más lenta de lo normal.

Mi reflexión es la siguiente: Un hombre o mujer no tiene por qué dejar de incidir en la crianza activa y pormenorizada de sus hijos y tampoco tiene por qué dejar de vivir junto a ellos para poder compartir sus enseñanzas y costumbres, sólo por haber decidido no continuar una relación sentimental con su ex pareja. Muchos de los padres que están en esta situación y que no viven con sus hijos QUIEREN hacer con ellos los deberes de la escuela, QUIEREN hacerles la comida para que se alimenten bien, QUIEREN fijarles horarios para que duerman, QUIEREN ayudarlos con sus asuntos sociales, QUIEREN ayudarlos a estudiar para los exámenes, QUIEREN corregirlos cuando sea necesario, QUIEREN estar en sus pequeños y grandes triunfos, QUIEREN estar con ellos en las pequeñas y grandes derrotas, QUIEREN despertar y desayunar con ellos... no solo quieren jugar durante el fin de semana... En fin...QUIEREN SER PADRES

Y de aquí se deriva la siguiente pregunta: Entonces, ¿Cuáles son las otras opciones?

Pues para el padre que no vive con sus hijos, de acuerdo a mi experiencia y a las consultas que he podido hacer, existen las siguientes opciones:


  • Elaborar una demanda para conseguir la custodia completa de sus hijos. Lo cual sería lo mismo pero al revés. Los niños tienen una igual pérdida de uno de sus padres. Esta medida, según mi criterio, sólo sería beneficiosa en el caso en que uno de los dos padres no sea apto (Puede ser incapacidad mental) para brindar bienestar a sus hijos, es decir cualquier cosa que atente contra sus derechos o su vida.
  • Llegar a un acuerdo legal que le permita al padre no conviviente pasar más tiempo a diario con su hijo. Lo cual ayudaría a tratar de entablar una relación más cercana con los hijos, pero igual le privaría a este padre la oportunidad de crianza en un hogar. Digo "Acuerdo legal" porque de esta manera no se depende del estado de ánimo de ninguno de los padres o las peleas que estos puedan tener para que los niños aprovechen de este tiempo.
  • Otro punto del que poco a poco se habla más es el de la TENENCIA COMPARTIDA, en el que tanto padre como madre viven la misma cantidad de tiempo con sus hijos, cada uno en sus hogares. La ventaja de esta forma es que los dos padres tienen las mismas responsabilidades, tanto económicas como sociales con sus hijos y por su parte, los niños tienen la oportunidad de convivir y pasar un tiempo de mayor calidad con ambos y sus familias conexas. También le quita TODA la responsabilidad de crianza al padre conviviente por lo que puede dedicar su tiempo también a asuntos laborales y/o personales. 
Esta medida nos da como resultado algunos beneficios a primera vista:
    • Se resuelven temas como la cantidad y calidad de tiempo para con los niños
    • Se combate el pensamiento machista de que la madre es para criar y el padre para mantener económicamente
    • Los niños pueden compartir costumbres y culturas de ambos padres y sus familias.
    • Ambos padres se encargan de la crianza de sus hijos.
    • Ambos padres (no solo el no conviviente) se encargan de la manutención de los hijos, siempre y cuando se puedan llegar a acuerdos para gastos comunes, como por ejemplo la educación. 
Pero así como hay beneficios, también en este tema se pueden encontrar algunas desventajas:
    • Los niños deben acoplarse a dos estilos de vida en dos casas distintas (horarios, reglas de convivencia, etc). Este punto se puede trabajar con una colaboración y comunicación muy abierta por parte de los dos padres, donde se pueden llegar a acuerdos para alivianar las diferencias.
    • Se podría decir que la carga económica es mayor, puesto que ambos padres deben encargarse de la alimentación, la vestimenta, la vivienda, y otros puntos importantes concernientes a la custodia de los niños, ya que ellos deben tener vestimenta y comida en ambos hogares.

Según mi punto de vista, la tenencia compartida, resulta ser una de las medidas más justas, tanto para madres, padres e hijos, al momento de resolver asuntos concernientes a la custodia de los niños en caso de una separación. Pero la única manera de sacar el mayor provecho de este acuerdo, es manteniendo una relación abierta, saludable y sincera con la ex pareja, es decir, ser capaces ("como adultos") de tomar decisiones en conjunto que beneficien siempre primero a los niños.

Mucho se habla del hecho de que los padres deben tener una buena relación entre sí, pero con las medidas actuales de custodia y manutención, creo que lo único que se fomenta es resentimiento y culpabilidad y muchas veces los únicos que sufren las consecuencias de esto son los hijos.

Queda entonces abierto el debate acerca de la Tenencia Compartida, que a mi parecer es la medida más saludable para todas las partes (madre, padre e hijos) en estos temas de la separación.

Espero sus comentarios. Abrazos,

Padre Ernesto.

PD: Dejo algunos links interesantes sobre los temas tratados arriba:

jueves, 21 de enero de 2016

Para empezar...

Para empezar este blog, primero quería contar algo sobre mí y el por qué de este espacio. Además de hablarles un poco de lo que trataremos aquí.

Mi nombre es Ernesto, tengo 30 años, soy padre de 2 hijos (12 y 6 años) y actualmente no vivo con ellos. Estoy separado de su madre y para mí ha sido un difícil proceso este de no vivir con mis hijos. Estudié en un colegio católico, donde aprendí mucho de esta religión y descubrí mi anhelo por el desapego a las religiones. Pero no estoy aquí para hablarles de mi filosofía religiosa por lo que dejaré ese tema hasta ahí.

He creado este espacio para hablar y compartir sinceramente respecto a temas que tengan que ver con el satisfactorio, difícil, estresante y a veces alarmante y tal y tal..oficio de ser Padre. Yo no soy abogado por lo que los temas legales que puedan surgir durante la discusión de algún tema, los comentaré desde mi perspectiva personal. La idea es abrir un espacio de discusión y a veces solo anecdotario con el que podamos crecer como padres y amigos de nuestros hijos. Espero lo disfruten.

Abrazos,

Padre Ernesto